¿Las mascotas tienen emociones?

¿Las mascota tienen emociones?

 

Los animales de compañía poseen dos tipos de cerebro: El cerebro reptiliano y el cerebro emocional. El primero, el cerebro reptiliano, se encuentra en la base del encéfalo, fue el primer cerebro en aparecer en todos los animales mamíferos y constituye el gestor y motor de nuestros instintos. Allí se albergan todas las comportamientos que no se tienen que aprender y de los cuáles depende nuestra supervivencia como el alimentarnos, reproducirnos, protegernos, dormir, etc. Tras años de evolución a partir de este cerebro, crece el cerebro emocional o cerebro límbico responsable de la voluntad, la memoria, la atención, los instintos sexuales y las respuestas emocionales. El cerebro límbico ocupa en el humano el 70% del total de la masa cerebral y en nuestros peludos el 90%. A partir de este cerebro emocional como resultado de un complejo proceso evolutivo se desarrolla el cerebro racional neocortex exclusivo de los grandes primates y los humanos.

El cerebro de un niño de cuatro años tiene formado en su totalidad el cerebro emocional, lo cual explica la fuerte empatía entre los niños y los animales, cuyo cerebro es completamente infantil. Podemos observar cómo muestran su sintonía emocional, es decir la habilidad de percibir, aceptar y expresar sus emociones. Los niños al igual que nuestros animales de compañía fundamentan su comportamiento a partir de emociones como el placer, el miedo, compasión, alegría, tristeza; facilitando la educación emocional de los niños a través de didácticas con animales de compañía que presenta altas manifestaciones de sintonía. (Goleman, 2002)

Las emociones proveen un mapa mental de mundo, ayudan al individuo a conocer las fronteras de sí mismo y la dependencia con los otros, le permiten adaptarse al ambiente y vivir en comunidad. Por esta razón emociones como la compasión están fuertemente presenten en los animales sociales porque le permiten a la manada la sobrevivencia de su grupo en condiciones hostiles.

La compasión según Nussbaum, se hace presente en niños y animales desde el momento que puede ponerse en el papel de otro, interrumpir su mirada interior y enfocarse en el dolor de otro (empatía). Luego a través de ese cerebro emocional y gracias a la educación del entorno puede dolerse, sufrir por el infortunio del doliente (piedad) e intentar mitigarlo (altruismo).

Para aquellos que gozamos del privilegio de un peludo en nuestro hogar identificaremos con facilidad la emoción de la compasión por ellos manifiesta en nuestra cotidianidad: Sentir el cálido lametazo o el dulce ronroneo de un peludo cuando perciben nuestra tristeza o llanto intenso, y que decir de su intensión por calmarnos cuando en nuestra intensa ira se acerca a buscar nuestro cariño?.... esas son sus emociones que nos hablan de su corazón.

Para los todos los animales, las emociones tienen una alta eficacia biológica. Los animales conocen que sus emociones son el lenguaje sin palabras que todo ser viviente puede entender. Es a través de sus emociones que se comunican con nosotros y en la medida en que podamos aprender y desarrollar nuestra sintonía emocional, las relación con ellos y con nuestros semejantes será más fuerte y saludable.

Te invito a que en la cálida comodidad de tu hogar dediques hoy tan sólo diez minutos a contemplar a tu peludo, a escuchar desde tu corazón lo que él quiere expresarte con sus emociones.

"LOS ANIMALES CONOCEN QUE SUS EMOCIONES SON EL LENGUAJE SIN PALABRAS QUE TODO SER VIVIENTE PUEDE ENTENDER"

 

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